¿Qué es para mí ser una esclava?
Es la sumisa que libremente se entrega a un Amo, Dueño y Señor, sin luchas, sin forcejeos, sin pulsos, solo entregada, aceptando la decisión de Este en todo momento.
Los sentires que me asaltan desde que amanece siendo esclava, me es imposible de plasmarlo en el papel, no tengo vocabulario para definirlo, es abrir los ojos y el primer pensamiento ya Le pertenece, es decir a pleno pulmón “buenos días mi Amo, Dueño y Señor de mi vida, feliz día, esta propiedad Suya va hacer que el sol brille más para Usted”.
Es sentirme parte de Él, es verme acompañada durante todo el día, como si la distancia no existiera, es desempeñar con esmero todas las empresas que emprenda en mis días, porque soy Su representante.
Es sentir esa acaricia en el alma cada vez que me roza con Su mano, es sentir como esas dulces cadenas que me une a El, no son para huir sino para darme las alas necesarias para volar y vivir.
Es mostrar con orgullo esas marcas dejadas en mi piel fruto de Sus deseos, es recibir con pena los castigos por haberle fallado y dándole las gracias después, es sentir una alegría inmensa cada vez que franqueo nuevos límites por Sus deseos.
Es ser Su cómplice, amiga, esclava, es querer que la noche llegue deprisa para poder soñarle antes.
Como dice un Amigo mío, soy así de las que cree aún, de las que lo vive intensamente hasta el punto que me falta la respiración escribiendo esto.
Es la sumisa que libremente se entrega a un Amo, Dueño y Señor, sin luchas, sin forcejeos, sin pulsos, solo entregada, aceptando la decisión de Este en todo momento.
Los sentires que me asaltan desde que amanece siendo esclava, me es imposible de plasmarlo en el papel, no tengo vocabulario para definirlo, es abrir los ojos y el primer pensamiento ya Le pertenece, es decir a pleno pulmón “buenos días mi Amo, Dueño y Señor de mi vida, feliz día, esta propiedad Suya va hacer que el sol brille más para Usted”.
Es sentirme parte de Él, es verme acompañada durante todo el día, como si la distancia no existiera, es desempeñar con esmero todas las empresas que emprenda en mis días, porque soy Su representante.
Es sentir esa acaricia en el alma cada vez que me roza con Su mano, es sentir como esas dulces cadenas que me une a El, no son para huir sino para darme las alas necesarias para volar y vivir.
Es mostrar con orgullo esas marcas dejadas en mi piel fruto de Sus deseos, es recibir con pena los castigos por haberle fallado y dándole las gracias después, es sentir una alegría inmensa cada vez que franqueo nuevos límites por Sus deseos.
Es ser Su cómplice, amiga, esclava, es querer que la noche llegue deprisa para poder soñarle antes.
Como dice un Amigo mío, soy así de las que cree aún, de las que lo vive intensamente hasta el punto que me falta la respiración escribiendo esto.
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