No. 1 Concepto. El
término BDSM se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de
sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en
día es considerado como una subcultura específica entre sus
practicantes. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura
leather y la sigla BDSM corresponde al término Bondage, Disciplina, Sado y Masoquismo.
A su vez también contempla los términos Dominación y Sumisión,
agregando dos nuevas variantes a la misma. La práctica del BDSM
contrariamente a lo que muchos creen, no se basa en inflingir o provocar
dolor; es mucho más abarcativa, un mundo intelectual, estética y eróticamente rico y complejo.
No. 2 Prácticas. Cada
práctica tiene un significado mucho más profundo de lo que a priori
podría parecer. El castigo de un Dominante a su sumiso no termina ahí,
este acto conlleva un acto erótico y pone en manifiesto la entrega de
una persona a otra, y la aceptación de la responsabilidad, del cuidado y
protección de la parte Dominante hacia la sumisa. Más allá de la gran
cantidad de prácticas que abarca el BDSM (y que sería imposible
enumerar), estamos hablando de un concepto, una filosofía global donde
el placer es el objetivo, pero que requiere de diversos factores tales
como consenso, seguridad, confianza… y una vez alcanzado estos, no hay
nada que se le asemeje.
No. 3 R.A.C.K. Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack,
es el acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, riesgo asumido y
consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (o no
convencional): racsa. El racsa pone los acentos en la responsabilidad
propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad
informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha
actividad. Más queuna
diferencia semántica o de concepto, los partidarios del racsa tratan de
modernizar una definición (la del SSC) que se concibió fundamentalmente
para trazar una línea divisoria con los malos tratos o
la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que
reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo
defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco
inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la
comunidad BDSM.
No. 4 El cuidado y el respeto. No deben confundirse las torturas y humillaciones con la falta de respeto. Todas las acciones
llevadas a cabo en un ambiente BDSM son acciones previamente
consensuadas y proyectadas dentro de un marco de seguridad. El cuidado
es otro de los factores fundamentales. El dominante tiene la obligación
de asumir la responsabilidad del cuidado y el bienestar de su sumiso, ya
que este se entrega completamente en sus manos. Es por eso que la
confianza es tan necesaria en este tipo de relaciones. El BDSM no es
improvisación ni se basa en el dolor per sé, sino que por el contrario,
requiere de meditación y planificación previa, control, precaución,
consideración y otros diversos factores. La comunidad internacional
vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas
sean SSC, es decir, Safe (Seguras, en cuanto al conocimiento necesario
sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la
prevención de riesgos), Sane (Sensatas, en cuanto a la capacidad
razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o
bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo
diferenciar fantasía y realidad) and Consensual (Consensuadas, en cuanto
a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad
con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse
en cualquier momento.), término acuñado en 1983 por David Stein.
No. 5 Roles. En
el BDSM se identifican dos roles: dominante (también usado el término
top, o activo ) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante es el
que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control
de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse
en manos del dominante, para que sea éste quien le dirija.
No hay comentarios:
Publicar un comentario