FELICIDADES A TODOS LOS AMANTES DE BDSM EN ESTE 24/7
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domingo, 24 de julio de 2016
viernes, 15 de julio de 2016
BDSM
BDSM
No. 1 Concepto. El
término BDSM se emplea a menudo, de forma equivocada, como sinónimo de
sadomasoquismo. En realidad, es una sigla que da nombre a lo que hoy en
día es considerado como una subcultura específica entre sus
practicantes. El BDSM se halla estrechamente asociado con la subcultura
leather y la sigla BDSM corresponde al término Bondage, Disciplina, Sado y Masoquismo.
A su vez también contempla los términos Dominación y Sumisión,
agregando dos nuevas variantes a la misma. La práctica del BDSM
contrariamente a lo que muchos creen, no se basa en inflingir o provocar
dolor; es mucho más abarcativa, un mundo intelectual, estética y eróticamente rico y complejo.
No. 2 Prácticas. Cada
práctica tiene un significado mucho más profundo de lo que a priori
podría parecer. El castigo de un Dominante a su sumiso no termina ahí,
este acto conlleva un acto erótico y pone en manifiesto la entrega de
una persona a otra, y la aceptación de la responsabilidad, del cuidado y
protección de la parte Dominante hacia la sumisa. Más allá de la gran
cantidad de prácticas que abarca el BDSM (y que sería imposible
enumerar), estamos hablando de un concepto, una filosofía global donde
el placer es el objetivo, pero que requiere de diversos factores tales
como consenso, seguridad, confianza… y una vez alcanzado estos, no hay
nada que se le asemeje.
No. 3 R.A.C.K. Desde los años noventa surge un nuevo concepto, el Rack,
es el acrónimo de Risk Aware Consensual Kink, riesgo asumido y
consensuado para prácticas de sexualidad alternativa (o no
convencional): racsa. El racsa pone los acentos en la responsabilidad
propia de los participantes en una actividad BDSM, responsabilidad
informada y consensuada para evaluar y asumir los riesgos de dicha
actividad. Más queuna
diferencia semántica o de concepto, los partidarios del racsa tratan de
modernizar una definición (la del SSC) que se concibió fundamentalmente
para trazar una línea divisoria con los malos tratos o
la violencia de género, pero que sus mismos impulsores han tenido que
reconocer, una y otra vez, que su propósito original estaba siendo
defraudado y prostituido por el uso intolerante, extremista y poco
inteligente por parte de algunos grupos marginales dentro de la
comunidad BDSM.
No. 4 El cuidado y el respeto. No deben confundirse las torturas y humillaciones con la falta de respeto. Todas las acciones
llevadas a cabo en un ambiente BDSM son acciones previamente
consensuadas y proyectadas dentro de un marco de seguridad. El cuidado
es otro de los factores fundamentales. El dominante tiene la obligación
de asumir la responsabilidad del cuidado y el bienestar de su sumiso, ya
que este se entrega completamente en sus manos. Es por eso que la
confianza es tan necesaria en este tipo de relaciones. El BDSM no es
improvisación ni se basa en el dolor per sé, sino que por el contrario,
requiere de meditación y planificación previa, control, precaución,
consideración y otros diversos factores. La comunidad internacional
vinculada al BDSM viene poniendo especial énfasis en que las prácticas
sean SSC, es decir, Safe (Seguras, en cuanto al conocimiento necesario
sobre su desarrollo y sobre el material usado, así como sobre la
prevención de riesgos), Sane (Sensatas, en cuanto a la capacidad
razonable de decisión por parte de los actores, no alterada por drogas o
bebidas y acorde con la experiencia de cada participante, sabiendo
diferenciar fantasía y realidad) and Consensual (Consensuadas, en cuanto
a que los participantes estén de acuerdo sobre la forma e intensidad
con la que se realicen, e igualmente que dicho acuerdo pueda rescindirse
en cualquier momento.), término acuñado en 1983 por David Stein.
No. 5 Roles. En
el BDSM se identifican dos roles: dominante (también usado el término
top, o activo ) y sumiso (también bottom o pasivo). El dominante es el
que disfruta de estas prácticas manteniendo la iniciativa y el control
de la acción, mientras que la parte sumisa obtiene placer al entregarse
en manos del dominante, para que sea éste quien le dirija.
Articulo sobre el BDSM
Estilo de vida y Estilo de vida BDSM, by Dragón
Una de las características del BDSM es el uso de una cierta jerga que le es propia.Generalmente son palabr as y
términos de uso general, pero que aplicados a nuestro contexto cobran
un sentido diferente, en mayor o menor medida, al original. Palabras
como castigo, esclavitud (esclavo/a), tortura, disciplina… tienen un
significado sensiblemente diferente al que podemos encontrar en los
diccionarios comunes.
Lamentablemente,
no son pocas las ocasiones en que conceptos y términos no del todo bien
definidos dan lugar a malentendidos. A veces, el problema de
comunicación surge por la diferencia de concepto que para los
interlocutores puede representar un término. Por ejemplo, no es lo mismo
sadomasoquismo (=patología) que sadomasoquismo (=práctica BDSM). Otras,
el problema surge de ese “pensamiento mágico” que tenemos los seres humanos que
nos lleva a llegar a desvirtuar la realidad de un concepto para hacerlo
más bello, más mágico ante nuestros propios ojos o ante los de los
demás. Y otras, simplemente, para ayudarnos en esa absurda competición
de “ser lo más”.
Uno de esos términos de concepto “abstracto” es el de estilo de vida BDSM.
No es raro encontrar a muchas personas que sin dudarlo declaran de sí
mismos que tienen un estilo de vida BDSM… ¿Pero a qué se refieren? ¿Qué
quieren decir con esto? ¿Existe el estilo de vida BDSM? Si es así, ¿cuál
es?.
Intentar responder a estas preguntas es el objeto de este artículo.
Pero,
antes de comenzar, debo aclararles que no soy profesional de la
sociología, ni nada que se asemeje. Tan sólo soy una persona con mucha
curiosidad y que encuentra placer al satisfacer sus ansias de
conocimiento. Por tanto, el artículo que van a leer es el fruto de mi
búsqueda personal de información, mis reflexiones y mis conclusiones
intentando responder a las preguntas formuladas más arriba. Mi intención
no es convencerles de nada y mucho menos sentar cátedra al respecto.
Más bien invitarles a que reflexionen sobre la información que les
brindo y obtengan sus propias conclusiones. Tal vez sean éstas las mismas que las obtenidas por mí. Tal vez no, en cuyo caso, les invito a compartirlas con todos nosotros.
En
el artículo, he intentado resumir al máximo las ideas y exponerlas de
la manera más sencilla posible. Soy consciente de que seguramente
encontrarán muchos posibles matices que podrían haberse tratado de una
forma más profunda y extensa. Pero de haber hecho tal cosa, no habría
servido si no para complicar más la exposición del concepto.
Comenzamos por lo más elemental, la búsqueda de la definición de “estilo de vida”…
DEFINICIÓN DE ESTILO DE VIDA:
Se atribuye a Alfred Adler[1] el acuñamiento del término “estilo
vital”, el cual conocemos hoy como “estilo de vida”, influenciado por
las teorías de Jan Smuts (filósofo y estadista surafricano), quien
defendía que para entender a las personas hay que hacerlo dentro del
contexto de su ambiente físico y social, en lugar de hacerlo
considerándolas una colección de trozos y piezas. El mismo Adler definía
así el concepto de “estilo de vida”:
“El
estilo de vida de un árbol es la individualidad de un árbol
expresándose y moldeándose en un ambiente. Reconocemos un estilo cuando
lo vemos contrapuesto a un fondo diferente del que esperábamos, por lo
que somos conscientes entonces de que cada árbol tiene un patrón de vida
y no es solo una mera reacción mecánica al ambiente”.
Para
Adler, el estilo de vida era pues la forma en cómo cada individuo vive
su vida, la forma en que maneja sus problemas y las relaciones con los
demás. De esta manera, podemos distinguir a los individuos según cual
sea su visión del mundo, los objetivos que se imponen, así como en
función del modo en que organizan su vida cotidiana dentro de un
contexto social.
En
las páginas de la Wikipedia en español, podemos encontrar esta
definición de “estilo de vida” desde el punto de vista sociológico:
“En
sociología, un estilo de vida es la manera en que vive una persona (o
un grupo de personas). Esto incluye la forma de las relaciones
personales, del consumo, de la hospitalidad, y la forma de vestir. Una
forma de vida típicamente también refleja las actitudes, los valores o
la visión del mundo de un individuo.
Tener
una “forma de vida específica” implica una opción consciente o
inconsciente entre un sistema de comportamientos y de algunos otros
sistemas de comportamientos.
La
primera vez que apareció el concepto de “estilo de vida” fue en 1939
(las generaciones anteriores pudieron no haber necesitado este concepto
porque no era significativo al ser las sociedades relativamente
homogéneas). Alvin Toffler predijo una explosión de los estilos de vida
(denominados “subculturas”) debido al incremento de la diversidad de las
sociedades postindustriales. Jeremy Rifkin en la ‘construcción de la
edad moderna’ de su libro El sueño europeo, describe el estilo de vida y
la vida cotidiana en Europa y Estados Unidos; en las épocas históricas,
en las actuales y en la llegada de la era global, después del
individualismo y el comunitarismo. Pierre Bourdieu centra su teoría en
el concepto de habitus entendido como esquemas de obrar, pensar y sentir
asociados a la posición social. El habitus hace que personas de un
entorno social homogéneo tiendan a compartir estilos de vida
parecidos.” [2]
De la versión en inglés de la Wikipedia[3], traducimos:
” Un estilo de vida es un sistema de comportamientos que tiene
sentido en sí mismo y para los demás dentro de un tiempo y lugar, esto
incluye la forma de las relaciones personales, consumo, entretenimiento y
vestir. Los comportamientos y prácticas dentro de un estilo de vida son
una mezcla de hábitos, formas convencionales de hacer las cosas y
acciones razonadas”
”
La forma de vida también refleja las actitudes, los valores o la visión
del mundo de un individuo. Por lo tanto, un estilo de vida es un medio
de forjar un sentido del sí mismo y de símbolos culturales que ayudan a
crear una identidad personal. No todos los aspectos de “estilo de vida”
son totalmente voluntarios. El entorno social y tecnológico del
individuo, pueden limitar las opciones de estilo de vida disponibles y
los símbolos que él / ella es capaz de proyectar a los demás y a sí
mismo.”
En
los textos anteriores, vemos que aparece un concepto ligado al de
“estilo de vida”: Subcultura. Veamos qué es, recurriendo de nuevo a la
Wikipedia…
“Subcultura”
se usa en sociología, antropología y semiótica cultural para definir a
un grupo de personas con un conjunto distintivo de comportamientos y
creencias que les diferencia de la cultura dominante de la que forman
parte. Se trata, pues, de un término partitivo no peyorativo. Toda
subcultura implica un sistema de normas y valores de cierta autonomía,
aunque sin desligarse de la cultura global. Podemos hablar de la
subcultura católica o gitana, de la subcultura juvenil o campesina, de
la subcultura criminal o musical, ello no significa en absoluto
anormalidad, agresividad o enfrentamiento a la sociedad, propios de la
contracultura (Cfr. J. M. Yinger T. Roszak). M. M. Gordon (“The Concept
of the Subculture and its Application”, Social Forces, vol. 26, 1947,
pg. 40) definió así el término: “Subdivisión de la cultura nacional,
compuesta de una combinación de situaciones sociales, tales como de
status de clase, transfondo técnico, residencia regional, rural o urbana
y afiliación religiosa, aunque formando en su combinación una unidad de
funcionamiento dotada de un impacto integrado en los individuos
participantes”
(…)
“Una
cultura es frecuentemente asociada a personas de todas las edades y
clases sociales que poseen preferencias comunes en el entretenimiento,
en el significado de ciertos símbolos utilizados y en el uso de los
medios sociales de comunicación y del lenguaje. En ese sentido se dice
también que las corporaciones, las sectas, y muchos otros grupos o
segmentos de la sociedad, con diferentes y numerosos componentes de la
cultura simbólica o no material pueden ser observados y estudiados como
subculturas.” [4]
SÍNTESIS:
A
la vista de las definiciones anteriores, podríamos sintetizar el
“estilo de vida” como la forma en que la vivimos, con patrones de
comportamiento identificables nacidos de la interacción del individuo
con la sociedad. Estos patrones de comportamiento se manifiestan de
forma material (vestuario, vivienda, alimentación…), en las relaciones
sociales (amistades, familia, asociaciones, trabajo, ocio…) y en el
plano ideológico (filosofía, ideas, valores, creencias…). Asimismo,
podemos observar que a nivel colectivo todos estos patrones de
comportamiento constituyen una subcultura, la del BDSM, que posee una
identidad propia que se superpone a la cultura dominante y que se
manifiesta a través de símbolos, normas, ideología, creencias,
relaciones, formas de entretenimiento, jerga, etc.
Por tanto, podríamos definir como “Estilo de vida BDSM”, aquel en el que el individuo participa en mayor o menor medida de la subcultura BDSM:
-
Estructurando sus relaciones sociales en función de sus intereses:
Amistades, familia, asociaciones, redes sociales, clubs, celebraciones…
-
Invirtiendo tiempo y medios en la realización de estos intereses:
Adquisición de libros, revistas, instrumentos específicos, espacios,
locales, eventos, talleres…
- Compartiendo y asumiendo creencias e ideas propios de la subcultura BDSM.
Es importante señalar aquí que estos patrones no son únicos, ni
excluyentes de otros posibles, así como tampoco son indicativos de grado
alguno. No podemos, por ejemplo, fijar un nivel mínimo de gasto de
recursos o de amistades como indicativos de “estilo de vida”. Otro
factor a destacar es el hecho de que “vivir” un estilo de vida
determinado (por ejemplo, el nuestro) no es excluyente de otros estilos
de vida. Cabe también señalar aquí que adoptar un determinado estilo de
vida puede ser tanto una opción consciente y voluntaria como no serlo.
Estilo de vida Saludable / no saludable:
Desde el punto de vista de la forma en que nos afecta vivir un
determinado estilo de vida, éstos se clasifican en saludables o no
saludables. Por ejemplo, ser drogadicto o alcohólico puede implicar un
determinado estilo de vida, pero éste sería un estilo de vida no
saludable. Hacer ejercicio y cuidar nuestra alimentación pueden implicar
un estilo de vida saludable, siempre y cuando se haga de forma sensata.
Por ejemplo, obsesionarse en exceso por una alimentación sana puede
derivar en un trastorno obsesivo-compulsivo denominado “ortorexia” [5].
Un
buen ejemplo de estilo de vida, en este caso no saludable, lo podemos
encontrar entre las personas aquejadas de anorexia nerviosa[6]. Desde el punto de vista de las definiciones de estilo de vida y de subcultura reúnen todos los requisitos:
- Estructuran sus relaciones sociales en función de sus intereses…
- Invierten tiempo y medios en la realización de los mismos…
- Comparten y asumen creencias que les son propias…
Sin embargo, es fácil entender lo poco saludable que es éste estilo de
vida, el cual pone en muy grave riesgo a la persona que “lo vive”.
La línea que separa los estilos de vida saludables de los no saludables
la marca la forma en que éstos afectan al individuo y su relación con el
resto de la sociedad. Estilos de vida que, en principio pueden parecer
saludables a nivel individual pueden no serlo si, por ejemplo:
- Nos impiden la normal relación con el resto de la sociedad (por ej. Obsesionándonos).
- Dedicamos a ello tiempo, medios y recursos más allá de nuestras posibilidades.
- Nos causan problemas de salud.
- Nos causan infelicidad, sufrimientos, etc.
- …
También, y directamente relacionado con el “colectivo”, las ideas y
creencias que le son propias al estilo de vida concreto, esto es, la
filosofía del mismo, pueden hacer que éste sea “no saludable”.
Estilo de vida BDSM Saludable:
Llegados
a éste punto, creo que ya tenemos las herramientas suficientes para
poder intentar definir cuál sería el estilo de vida BDSM saludable…
El estilo de vida BDSM saludable es aquel que:
- No interfiere en nuestra relación con la sociedad (familia, trabajo, amistades…).
- No nos causa problemas de salud (psíquica/física/social).
- Contribuye a nuestro bienestar y felicidad.
Estos puntos, así como todos aquellos que de ellos puedan derivar, son
fáciles de entender. Sin embargo, hay otro aspecto más que puede marcar
la diferencia entre saludable / no saludable: La filosofía BDSM,
entendiendo ésta como “la manera de pensar o ver las cosas”. Veámoslo.
Filosofía BDSM:
A pesar de que circula mucho pensamiento mágico acerca
de lo que es el BDSM y la filosofía del mismo, lo cierto es que el BDSM
no es más que una forma de relación entre dos (o más) personas que de
forma libre y consensuada deciden establecerla. Ésta relación se
caracteriza por que los implicados acuerdan que se desarrolle de forma
asimétrica en términos de poder, asumiendo cada cual desde la igualdad y
por un tiempo indeterminado, el rol de Dominante o dominado (Activo /
pasivo).
No
forman parte de la filosofía BDSM aquellas ideas cuya base proceda de
planteamientos de supremacía de un sexo, raza, clase o cualquier otra
condición sobre otros/as, las cuales se sitúan más dentro del campo del
maltrato, racismo, discriminación, etc. que son ampliamente rechazadas
por la subcultura BDSM. Los roles BDSM son elegidos por cada individuo
de forma libre, independientemente de cual sea su condición.
Naturalmente,
ésta es una simple aproximación a la filosofía del BDSM. Si desean leer
más acerca de ella, les recomiendo que lean, por ejemplo el “Manifiesto
del Día Internacional BDSM” de la Escuela de Cibersumisas publicado en
el nº 2 de Cuadernos de BDSM[7]. Es interesante que también lean el Especial nº 2 de Cuadernos de BDSM, “El lado oscuro del BDSM: Las relaciones destructivas”[8],
de la señorita Felina a fin de obtener conocimientos para discernir
entre BDSM y otros conceptos ajenos al mismo. Y, finalmente les
recomiendo también la lectura del artículo “Diez preguntas sobre BDSM”
de el Sr. WhipMaster, publicado en el Cuadernos de BDSM nº 15[9].
Mis Conclusiones:
Al inicio de éste artículo, me formulaba las siguientes cuestiones acerca del término Estilo de vida BDSM: “¿Pero a qué se refieren? ¿Qué quieren decir con esto? ¿Existe el estilo de vida BDSM? Si es así, ¿cuál es?”. Finalmente, considero que ya puedo darme una respuesta.
Al
manifestar que tenemos un estilo de vida BDSM, nos estamos refiriendo a
que dedicamos tiempo y recursos al BDSM. Que estructuramos nuestras
relaciones en torno al mismo en mayor o menor medida. Que participamos
de la subcultura BDSM a través de sus múltiples manifestaciones y que
compartimos unas creencias que le son propias. Que existe un estilo de
vida BDSM saludable y que éste es una forma de relación en la que los
implicados asumen, de forma libre y consensuada, que la misma discurra
dentro de una asimetría de poder sin que esto perjudique su interacción
con la sociedad de la cultura dominante. Y, sobre todo, que el estilo de
vida BDSM no implica en absoluto vivir una “Historia de Ô”.
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