Sumisión-Exclavitud
- La esclavitud es un estatus
muy atractivo para la mayoría de las sumisas, sobre todo para las recién
llegadas al BDSM. Como en todos los aspectos del BDSM, lo más
importante es saber si el ser esclava está a tu alcance, si realmente
tienes vocación y aptitudes para serlo y sobre todo, si vas a ser feliz
siéndolo, o se trata sólo de una fantasía. Sumisas hay muchas, esclavas verdaderas muy pocas. Son joyas difíciles de encontrar.
- Hay
varias definiciones de lo que es ser esclava. Ante todo la definición
más evidente: esclava es la sumisa en su mas alto nivel. La más conocida
es la que dice que es esclava la sumisa que no tiene límites, sólo
tiene los que su Amo pueda tener porque confía plenamente en él. Otros
opinan que es esclava aquella sumisa que no tiene ningún derecho excepto
el de hacer feliz a su Amo. También hay algunos que dicen que es
aquella que tiende al absoluto en su entrega, un absoluto que nunca es
alcanzado, pero que en la esclava es constantemente deseado.
- Una sumisa ama desde el
mismo momento en que lo es, puesto que (según su nivel) su principal
empeño en la relación es lograr su felicidad a través de la de su Amo.
En el caso de una esclava esto es especialmente cierto. De hecho la
esclavitud es la mayor prueba de amor que una mujer sumisa, como tal
sumisa, puede darle a un hombre.
- Una esclava BDSM no es una
esclava en sentido literal. Su entrega está limitada por las 3 leyes
fundamentales del BDSM: Sano, Seguro y Consensuado, y por otros límites
evidentes en una sociedad civilizada. A mi entender la finalidad
principal de la relación Amo/esclava BDSM (quizá su única finalidad) es
que la sumisa se SIENTA esclava y disfrute de ese sentimiento, NO que
real y literalmente lo sea.
- La esclavitud no debería ser
entregada al día siguiente de ser sumisa. Sería señal evidente de que
la relación no se toma con seriedad. Entre otras cosas porque la máxima
entrega necesita de la máxima confianza, y esta confianza sólo se logra
con el conocimiento mutuo que da el tiempo. Además, se trata de una
decisión muy importante en la vida de la sumisa que puede tardar meses
en ser tomada, a veces necesita años de estrecha convivencia.
- Después de ti, el factor más
importante en tu esclavitud es tu Amo, a él va dirigida. Y no sirve
cualquier Amo. Sin un Amo adecuado la esclavitud no es posible. Ante la
esclavitud de su sumisa, la primera actitud de un Amo debería ser la del
máximo respeto. Tu Amo debería percibir tu entrega como un gran honor,
el mejor homenaje a su dominio, y eso debería marcar su comportamiento
contigo. Ser esclava necesita de una gran madurez como persona y como
sumisa...Y también de un Amo emocionalmente maduro, sano y responsable.
- Suele decirse que el poder
absoluto corrompe absolutamente. La entrega total de la esclava puede
hacer que el Amo se abandone en el cuidado y cultivo de la relación o
que su moral se resquebraje fácilmente ante la obediencia sin sombra de
duda que la esclava le ofrece. Además deberás estar segura que respetará
tu salud, tu familia, tus hijos, etc. Si quieres un Amo para tu futura
esclavitud elige con sumo cuidado. Elígelo sobre todo por sus valores
morales.
- Un Amo que le exige
esclavitud a su sumisa, resulta patético. La esclavitud es un paso tan
importante en la vida de una sumisa, que debería nacer de una decisión
personal muy meditada, profunda y totalmente voluntaria. En realidad es
un honor inmenso que se le hace al Amo, es el reconocimiento de muchas
cosas, la principal de las cuales es que ha sabido hacerla feliz
mientras era sumisa y ahora quiere hacerle el hermoso regalo de su
esclavitud. Los regalos se aceptan, no se piden, y mucho menos se
ordenan.
- Por definición, a la esclava
(como tal esclava), sólo le queda un derecho, el derecho a procurar la
felicidad de su Amo por medio de su esclavitud, por eso, la única
petición que una esclava suele hacer, es que al menos, esa entrega total
sea aceptada, reconocida, alentada. Si ésa es tu vocación, deberías
asegurarte de que el Amo que elijas sea digno de esa ofrenda, que sepa
valorar lo que vas a ofrecerle, y sobre todo, que te dé la suficiente
confianza, porque la entrega total no es posible sin la total confianza.
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